Me gustaría mucho contentarte y tener una experiencia nueva. Es algo sobre lo que he fantaseado en ocasiones. Creo que todas las chicas lo hacen, en un momento o en otro.
"Era más fuerte que ella. Colocó la palma de su mano sobre el muslo de Ágata y la acarició suavemente, como si la consolase, pero no era una caricia de consuelo. Tuvo que reprimirse para no profundizar más. Ágata levantó la cabeza y la miró a los ojos..."
— ...Nos enamoramos sin darnos cuenta.
— Suena romántico, pero ella es un poco joven para ti, ¿no?
— El amor no tiene edad, Jezabel.
— Pero el sexo sí – dijo con una sonrisa encantadora.
"Las palabras la desarmaban, anulaban su mente. La mano que le atormentaba los pechos bajó a lo largo de su vientre y se apoyó contra su pubis, tocando el elástico de las bragas. Sin querer, lanzó su pubis hacia delante..."
...Frank hizo algo que no estaba en el guión. Le levantó el rostro con un dedo y se inclinó sobre ella. Ágata contempló aquel movimiento como si lo hiciera a cámara lenta. Ni siquiera se dio cuenta de que abrió sus labios, deseosa. El hombre la besó, dulcemente...
"... mi espalda se posó delicadamente sobre el colchón. El peso de su cuerpo sobre el mío. El botón de mi pantalón desprendido; su pantalón deslizándose hacia abajo. El aroma de su cabello embriagó mis fosas nasales. Pechos al desnudo, pezones que se tocaron con placenteras cosquillas. Su lengua se deslizó por mi vientre. Desnudez total."
Todo lo que hasta entonces conocía en cuanto a mis experiencias sexuales, todo lo que conocía como disfrutar y sentir placer, me lo desordenó en una sola noche. Jamás había conectado tan bien con nadie en la cama, y fuera de ella también...
...El Lago de los Cisnes requiere una bailarina que pueda interpretar tanto al Cisne Blanco con la inocencia y la gracia, como al Cisne Negro, que representa la astucia y sensualidad. Nina se ajusta al papel de Cisne Blanco perfectamente, pero Lily..
...provocando que yo gimiera entrecortadamente al recibir cada sacudida. Acaricié mis labios vaginales y al mismo tiempo le pedía a esa hermosa muchachita que me diera más. Entre jadeos y suspiros no hacía otra cosa que repetir la palabra “más” y ella comprendió que podía ser más ruda conmigo...